Nuestras habitaciones y suites

Sobriedad, comodidad y atención

En Le Barn, la arquitectura concuerda con la naturaleza. Las líneas de los antiguos graneros se amoldan al horizonte, del amanecer al crepúsculo. Los dos edificios típicos de la región han sido completamente renovados para acoger (casi) todas nuestras habitaciones. Abiertas a los paddocks y al bosque que nos rodea, las habitaciones y suites conjugan luz y espacio, sobriedad y modernidad. Disponemos de 3 habitaciones accesibles a personas con movilidad reducida.

habitación hotel le barn
habitación hotel le barn

Habitaciones Clásicas

Nuestras habitaciones Clásicas están todas orientadas hacia las praderas. La naturaleza las rodea, las envuelve. Nuestros interiores, principalmente compuestos de madera, combinan con los exteriores, donde prevalecen simplicidad y estética moderna. Todas nuestras habitaciones Clásicas tienen un aparador multifunción, donde se puede tomar el desayuno y observar la naturaleza al despertar o antes de dormir. Bajo petición, estas habitaciones disponen de balcón o terraza.

habitación hotel le barn
habitación hotel le barn

Habitaciones Superiores

Nuestras habitaciones Superiores, abiertas al « gran afuera », ofrecen una estética íntima y espaciosa. Inspiradas en el estilo de la campiña francesa y en el mobiliario Shaker americano, sus interiores favorecen las materias primas, maderas y textiles, funcionales y cómodos a la vez. Bajo petición, estas habitaciones disponen de balcón o terraza.

habitación hotel le barn
habitación hotel le barn

Habitaciones Deluxe & Suites

Le Barn se divide en diferentes categorías: habitaciones Deluxe, Suite Moulin o Suite Le Barn. Todas combinan a la vez intimidad, comodidad y espacios que evocan sutilmente a las grandes granjas americanas. Funcionales y con encanto, algunas Suites disponen de un espacioso salón contiguo a la habitación. Permiten reunirse en grupo o entre colegas.

Su vestuario

Porque Le Barn es un poco como vuestra casa, el hotel pone a su disposición un vestuario donde puede dejar sus pertenencias entre dos fines de semanas, entre dos estancias. Su libro, sus botas, su bicicleta, los patines de sus hijos o sus palos de golf les esperan con impaciencia.